Antes de empezar, introducimos un par de mentiras piadosas en dos artículos de Wikipedia para testar los filtros de la enciclopedia más popular de la red. Elegimos las páginas de dos políticos españoles, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba. En el caso del presidente del Gobierno, cambiamos su lugar de nacimiento en su biografía en inglés. No sabemos durante cuánto tiempo, pero Rajoy ahora es catalán, oriundo de Manresa. En cuanto al socialista, hacemos lo mismo, esta vez en su página en español. En lugar de cantabro, el jefe de la oposición es ahora de Logroño.
Los bulos se han convertido en uno de los mayores problemas de internet. Aunque Twitter, donde llegó a gestarse un golpe de Estado en Portugal y Fidel Castro fallece prácticamente cada mes, ha ganado terreno a Wikipedia en la difusión de mentiras, la enciclopedia libre sigue siendo un caldo de cultivo relevante a la hora de lanzar estafas virales.
En los últimos años se han destapado casos de empresas entre cuyos servicios de relaciones públicas se encuentra la misión de lavar la imagen de sus clientes, en su mayoría grandes corporaciones, en los artículos de Wikipedia. Incluso la dirección de la enciclopedia libre se planteó banear la IP del Congreso de Estados Unidos al comprobar que desde allí se estaban reescribiendo centenares de artículos de políticos con el fin de mejorar su imagen pública.
En la red existen páginas como ‘Snopes’ especializadas en desmontar bulos, aunque la viralidad de la red suele ser mucho más poderosa es más que la lucidez del ser humano
Sin embargo, este tipo de prácticas, censurables, se quedan en anécdota si las comparamos con las historias falsas que han llegado a surgir de Wikipedia. Todos los días nacen cientos de bulos en internet y, en ocasiones, se convierten en noticia. Una de las últimas, por ejemplo, la historia (esta vez nació en Twitter) del tío de Kim Jong-un ejecutado por 120 perros hambrientos.
En la red existen páginas como Snopes especializadas en desmontar bulos, aunque la viralidad de internet suele ser más poderosa que la lucidez del ser humano. En español no existe ningún site semejante, aunque en España uno de los mejores filtros a la hora de descartar noticias falsas es Menéame, donde los usuarios escrutan las fuentes cuando algo huele a podrido en Dinamarca.
Mientras tanto, sólo cabe apelar al buen juicio de los internautas, aunque el último estudio de la Asociación de Internautas no es optimista en ese sentido. Según sus conclusiones, el 70% de los usuarios de internet no sabe distinguir entre una noticia verdadera, un rumor o un bulo.
La difusión de muertes falsas
El 23 de noviembre de 2011, Twitter amaneció con un extraño trending topic: #AnimoAznar. Para la inmensa mayoría ya se había convertido en una cuestión de humor negro, en una broma de mal gusto que, sin embargo, para muchos resultaba divertido alimentar, pero durante un tiempo para un buen número de internautas fue cierto que José María Aznar acababa de fallecer en un accidente de tráfico mientras conducía bajo los efectos del alcohol.
El bulo había nacido en la edición en inglés de Wikipedia dedicada al expresidente del Gobierno español. Aunque la modificación apenas duró media hora, y fue corregida en sucesivas ocasiones por los wikipedistas de bien, era demasiado tarde. La noticia se extendió por la red como un reguero de polvora. Y la mala leche de los internautas hizo el resto.
Algo similar ocurrió en 2008 con el flamante ganador del premio Nobel, Jean-Marie Gustave Le Clézio. Al tratarse de un perfecto desconocido para la mayoría, Wikipedia se convirtió en el principal punto de información para saber quién era el laureado.
Aprovechando las circunstancias, un usuario de la enciclopedia libre decidió anunciar su muerte en directo. Y lo hizo así: “Al conocer la noticia, debido a la sorpresa, sufrió un infarto de miocardio y fue ingresado en estado crítico en el Hospital Charles de Gaulle de París, donde falleció pasadas las 13 de la tarde”. El párrafo fue pronto eliminado, pero no tardó en aparecer nueva información para añadir más leña al fuego. “El presidente Nicolas Sarkozy ha expresado sus condolencias por el fallecimiento a la familia del escritor francés”.
En España, también en 2009 se insinuó la muerte de Carmen Sevilla en Wikipedia, aunque esta vez la culpa fue de los periodistas, quienes lanzaron la noticia sin haberla confirmado y los wikipedistas no hicieron nada más que hacerse eco.
Entre los casos más recientes de bulos relacionados con muertes falsas se encuentra el caso de Michael Schumacher, que tras el accidente sufrido hace varias semanas se dio por muerto durante unos minutos en Wikipedia
En la misma línea, entre los casos más recientes de bulos relacionados con muertes falsas se encuentra el caso de Michael Schumacher, que tras el accidente sufrido hace varias semanas se dio por muerto durante unos minutos en Wikipedia.
Una identidad inventada
En la era de las identidades falsas en internet, la enciclopedia libre es la mejor herramienta para que éstas trasciendan. Es lo que debió de pensar el tecnólogo Kevin Ashton, conocido por haber acuñado el nombre de “internet de las cosas”. A modo de juego, se le ocurrió inventar una identidad falsa en la red. Y lo hizo a lo grande.
Bautizó a su creación como Santiago Swallow, un nombre generado por ordenador. Creó su página web oficial, invirtió un puñado de dólares en comprar 80.000 seguidores para su cuenta de Twitter, que se encargó de llenar de lugares comunes con un generador automático de contenidos; y por supuesto creó un artículo en Wikipedia -aún se puede consultar aquí, aunque el original ha sido eliminado- donde se daban todo tipo de referencias sobre Swallow. Además de ser un experto en internet, temática sobre la que estaba a punto de lanzar un libro, era un emérito conferencista en relevantes foros internacionales.
De no haber escrito en la revista Quartz un artículo titulado Cómo ser famoso en internet por 68 dólares, seguramente nadie se habría enterado nunca de que Santiago Swallow, en realidad, jamás existió más allá de la imaginación de Kevin Ashton.
De la falta de rigor al vandalimso
En 2012, durante la Jornada Mundial de la Juventud se difundió masivamente, y con gran éxito, un poema, con aura ciberpunk, y ciertamente libertario, de espíritu ácrata, atribuido a Juan Pablo II. Empezaba así: “Necesitamos santos sin velo, sin sotana. / Necesitamos santos en jeans y zapatillas. / Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos. / Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la universidad”.
El origen de esta atribución, que en la actualidad se ha trasladado también erróneamente al Papa Francisco, se encuentra en el movimiento de un usuario de Wikipedia que en 2005 incluyó el poema traducido al inglés en la enciclopedia libre asumiendo que se trataba de una carta póstuma de Juan Pablo II dirigida a los jóvenes, un hecho que jamás ha sido confirmado.
En esta ocasión, la intención del usuario no era mala. Sólo pretendía difundir un texto inspirador, aunque no contrastó las fuentes. Todo lo contrario de lo que ocurre con los actos vandálicos que se producen a menudo en Wikipedia con las peores intenciones. Es el caso de un usuario de la Wikipedia polaca que en 2006 se dedicó a llenar los artículos sobre los políticos del país y las páginas vinculadas al catolicismo con fotografías de carácter sexual.
Los ejemplos de vandalismo son infinitos. La transexualidad de Fidel Castro, la colección de pornografía de Osama Bin Laden, la afición adolescente de Tony Blair por el nazismo…
Los ejemplos de vandalismo son infinitos. La transexualidad de Fidel Castro, la colección de pornografía de Osama Bin Laden, la afición adolescente de Tony Blair por el nazismo… En la mayoría de los casos la falta de verosimilitud tumba los bulos, que son eliminados casi al instante, pero cuando un usuario lanza una información creíble tiene muchas posibilidades de que triunfe en internet. Aunque se desmienta, siempre quedará algo de la mentira original en el imaginario colectivo.
En cuanto a los artículos de la enciclopedia libre modificados por Teknautas antes de empezar, apenas una hora y media después de haber cambiado el lugar de nacimiento de Pérez Rubalcaba el artículo había sido corregido en la Wikipedia española. En el caso de la página en inglés de Mariano Rajoy también, aunque en este caso el cambio llegó tres horas después, acompañado de un mensaje privado que instaba a nuestro usuario, si conocía datos exactos sobre el origen catalán de Rajoy, que los hiciese públicos o callase para siempre.